Un precioso día de Junio, Sócrates y Platón estaban como de costumbre, tumbados en el sofá de su modesto apartamento cuando a Sócrates se le encendió la bombilla...
Fué algo muy raro, pues hacía siete años que no se le ocurría nada bueno, pero ese día le cogió trastocao,mustio,apagao,amargao y un sinfín de adjetivos no descritos que hicieron que sus tres neuronas volvieran a funcionar...
Como no...no pudo callarse la idea demasiado tiempo, y nada más apareció Platón por el piso, le quiso explicar en que consistía la misma...pero Platón solo tenía una pregunta en su mente...:
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